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PRE-DISLOCACIONES EN LA MIRADA. FOTO Y GRAFÍAS EN MÉXICO.1978 a 1984


Entre 1978 a 1984, hubieron diversos artistas que encontraron en la foto un medio de expresión fuera de los términos hegemónicos que dominaban la fotografía en el país en ese momento. Estas piezas son un preámbulo de las dislocaciones y fracturas por las que fue pasando la fotografía en México durante estos años de gestación. La mayoría de estos artistas fueron seleccionados en un coloquio, una bienal, u otra exposición; su mirada particular sobre la imagen recorre una búsqueda hacia lo “fotográfico”, término que en ese momento mutaba entre diversas disertaciones para poder entender el tránsito de la fotografía. Estos artistas especulaban en zonas difusas donde la “Fotografía” y todo su estatuto engendrado durante más de un siglo comenzaba a derrumbarse para generar una nueva mirada hacia lo fotográfico.

En los setentas la fotografía en México tenía una tendencia hacía el reportaje, ante la ebullición de las guerrillas en América latina, la fotografía mexicana se identificaba y validaba desde este lugar; dándole más relevancia a la objetividad, como un vehículo de testimonio y denuncia del acontecer social. A pesar de estar tan marcado este dominio documentalista en la fotografía, hubo miradas que estuvieron en una búsqueda de expandir la imagen hacía otros terrenos fuera de las herencias objetivas de la foto. En esta exposición podremos ver como ciertos artistas comienzan a vislumbrar los cambios y hay una revolución de la fotografía a lo fotográfico.

En el primer coloquio Latinoamericano de Fotografía (1978) encontramos artistas como, Cesar Trasmallo (Independencia) Pedro R. Span (Primer día.....y el sistema se creó) Jaime Ardilla (Pedestal de papel para un general al galope), en estas imágenes, la fotografía se muestra como un híbrido entre la gráfica y el realismo. Los elementos se mezclan para generar conceptos, los dispositivos simbólicos generan diálogos para mostrar la postura del artista ante los regímenes que vive.

Otra fotografía llamada La banda¸ del Grupo Tragaluz llama su atención por las dimensiones con las que trabaja, 11 metros por 3.27. Por otro lado la fotografía es un paisaje de ausencias, de ecos inconclusos y de silencios a los que cada vez están más sometidas “las bandas”.

A finales de la década de los setentas se formaron agrupaciones de artistas y teóricos, en donde se proponían realizar un trabajo desde lo colectivo, desafiando las propuestas anquilosadas de los medios artísticos validados por el país. La mayoría de estos grupos utilizaban la fotografía junto como otros medios en su obra ecléctica, entre una profusión de hibridaciones teóricas y físicas. Entre estos grupos tenemos al grupo Proceso Pentágono, Suma, Taller de Arte e Ideología TAI, Germinal, Mira, No grupo, Peyote y la Compañía, Fotógrafos Independientes. El No Grupo manda a la X Bienal de París sus máscaras como una forma de participación, su representación fotográfica física teatral (la máscara) para que el público pudiese ponérsela a su antojo. En 1982 se presentó el performance Caliente-caliente en donde se utilizó la máscara. Las máscaras estaban hechas de retratos de los artistas, este retrato fotográfico cobraba vida en el momento en que alguien más lo utilizaba. Lo fotográfico traspasándose al performance.

Otro grupo que destaca es el de Fotógrafos Independientes, activo durante 1976 y 1984. Sus integrantes: Adolfo Patiño "Adolfotógrafo", Armando Cristeto, Miguel Fematt, Agustín Martínez Castro, Alberto Pergón, Xavier Quitarte, Rogelio Villarreal.

Más que por sus fotografías, es por sus acciones que se destacan, ya que empezaron a cuestionarse los lugares expositivos. La calle funcionaba como un lugar de recepción de la obra, en donde el espectador no tenía que ir al museo, sino que de manera sorpresiva se encontraba con la obra. El grupo hacía un cuestionamiento a las hegemonía expositivas del espacio museístico. La primera exposición ambulante que realizaron fue en la Zona Rosa.

En 1980 el INBA organiza la Primera Bienal de Fotografía independiente de las bienales gráficas, aunque la mayoría de los artistas premiados recurren al reportaje fotográfico, no es el caso de Aníbal Ángulo que expone sobreexposiciones de desnudos, como una imagen hacia la experimentación en un sentido más visual que crítico. Otro autor fue Manuel Zavala Alonso con sus imágenes de grafitos urbanos, la manera en que están expuestas es informal, sin marco y con clips que sostienen las imágenes.

Para el segundo Coloquio Latinoamericano de Fotografía (1981). Pedro R, Spam, muestra una serie Arquitectura Popular Mexicana. “Me hizo falta un cuartito”,

serie objetiva de fotografía de cuartos que denuncia las estructuras urbanas, a la mala planeación como similitud de la improvisación de algunas urbes. Otros artistas realizan exploraciones desacralizando los cánones fotográficos. Juan Castañeda con sus desfragmentaiones de la imagen, Felipe Ehrenberg. Polafotoautomópolis: Electrostatimetamorfosis, sin un laboratorio ni un sistema de zonas, Ramón Jiménez, que denuncia al sistema televisivo, haciendo traslados de la imagen del televisor a la fotografía, Eduardo Enríquez, Gulliver, en esta obra la bidimensionalidad de la fotografía es transgredida para formar un “fotografía-escultórica” llevando al espectador a una nueva forma de relacionarse con la imagen..

Para la Bienal de Gráfica en 1982 Fernando Espejo Real, Mosaico II, hace una tipología de puertas de camiones de transportes. En 1984 en el primer Coloquio Nacional de Fotografía siguen tendencias experimentales en torno a definir la fotografía más allá de su ámbito documental, mostrando diversas realidades y formas de entender la fotografía con varios artistas como Jan Hendrix (Bardas de Mixcoac), Javier Hinojosa (Signo), Victoria Blasco (Después del 17, de la serie Las cabezas), Eduardo Enrique Rocha (Las profecías de la pirámide). Enrique Patiño en su obra Del verde al rojo hace una serie de imágenes tomadas en una cabina fotográfica accionada a partir de las monedas, el disparador no puede estar manejado por el autor, hay una acción performática, simplemente al azar la máquina dispara y juega con la secuencia de los tiempos y tomas en que el autor no puede determinar ni ver.

Este recorrido nos muestra a algunos artistas que dejaron a un lado la herencia de la representación fotográfica, el peso del documentalismo, para visibilizar el mundo de lo fotográfico en sus múltiples variaciones de ser. La fotografía; ese aparato ecléctico que acompaña al humano en su mirar tiende generalmente a dislocarse.






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