AUTORRETRATO IN-TACTO
Autorretrato IN-TACTO
El cuerpo se disuelve en mundos incorpóreos, nuevas superficies virtuales lo acompañan desde una materia desfragmentada, que exhibe su misterio informático para crear una nueva subjetividad en el individuo.
La información se desmaterializa, se transfiere y hace que circulemos entre “fluidos descarnados”, en un eterno vaivén de diversas realidades.
Autorretrato IN-TACTO es un proyecto que se genera a partir de diferentes dimensiones visuales, en donde se revela el desplazamiento de la materialidad a la inmaterialidad, tanto de la fotografía como del cuerpo. Hologramas, una fotografía impresa en papel perecedero y una página web, utilizados como signos que juegan con la idea de la impermanencia, de lo matérico, de lo informático; desde esta perspectiva hay un cruce intrínseco entre los significados y las superficies de los materiales.
Fragmentos reales y físicos de mi cuerpo (uñas, sangre, cabello, dientes de leche, saliva en chicle) están encapsuladas cual restos fósiles en esferas de 2.5 cm de diámetro. Sin embargo, estas piezas están alojadas en el interior de espejos esféricos que reconstruyen el encapsuldado original en un holograma, esto hace que se proyecten como un Doppelgänger que finge la realidad.
De una manera adyacente a esta formación etérea, hay una imagen de un pedazo de mi piel con un código QR que, al ser escaneado por un celular, abre una página web con mi perfil genético. Esta prueba fue elaborada por la Biol. Exp. Ximena Escorza Revilla, (períto en Genética) a partir de una muestra de sangre obtenida por punción del dedo anular. Superficie de datos decodificados que guardan el código de la vida misma, mi ADN.
Esta obra híbrida, representa a mi ser, cual metáfora del cuerpo humano, del cuerpo de la imagen en la actualidad, como un signo derivado de la perturbación, del desplazamiento de lo carnal a lo virtual. El organismo como un lugar decodificado a su punto liminal del caos de la información.