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ESTRIDENTISMO AMBULANTE.
Prisma. Homenaje a  Maples Arce

PRISMA 

Manuel Maples Arce

Yo soy un punto muerto en medio de la hora, 
equidistante al grito náufrago de una estrella.
Un parque de manubrio se engarrota en la sombra,
y la luna sin cuerda
me oprime en las vidrieras.
Margaritas de oro
deshojadas al viento.

La ciudad insurrecta de anuncios luminosos
flota en los almanaques,
y allá de tarde en tarde,
por la calle planchada se desangra un eléctrico.

El insomnio, lo mismo que una enredadera,
se abraza a los andamios sinoples del telégrafo,
y mientrass que los ruidos descerrajan las puertas,
la noche ha enflaquecido lamiendo su recuerdo.

El silencio amarillo suena sobre mis ojos.
¡Prismal, diáfana mía, para sentirlo todo!

Yo departí sus manos,
pero en aquella hora
gris de las estaciones,
las palabras mojadas se me echaron al cuello,
y una locomotora
sedienta de kilómentros la arrancó de mis brazos.

Hoy suenan sus palabras más heladas que nunca.
¡Y la locura de Edison a manos de la lluvia!

El cielo es un obstáculo para el hotel inverso
refractado en las lunas sombrías de los espejos;
los violines se suben como la champaña,
y mientras las ojeras sondean la madrugada,
el invierno huesoso tirita en los percheros.

Mis nervios se derraman.
La estrella del recuerdo
naufragada en el agua 
del silencio.
Tú y yo
coincidimos
en la noche terrible,
meditación temática
deshojada en jardines.

Locomotoras, gritos,
arsenales, teléfrafos.

El amor y la vida
son hoy sindicalistas,

y todo se dilata en círculos concéntricos.

 

HOMENAJE A MANUEL MAPLES ARCE. PRISMA

PROYECTO NEOESTRIDENTISMO AMBULANTE.  Hibridaciones visuales callejeras.

“Viva el mole de Guajolote”

REGISTRO INTERVENCIÓN-ACCIÓN

Interactuar, infringir, modificar nuevamente un espacio, un tiempo en su fluidez cotidiano, un suspiro de luz, de color, de belleza de interacción con un poema, un espacio para transgredir una vanguardia, una línea de la historia que se dibuja de otra manera, que se adhiere en una mutación de un instante.

Lienzo de 22 metros colocado  en la explanada del parque Juárez., en la ciudad de Xalapa el 27 de junio de 2008. Se convocó a  gente a hacer una interpretación visual del poema prisma, que estaba en voz en off en todo el parque. Para esto se repartieron  pinceles y pintura quimioluminescente  para “pintar con luz” a partir de una reacción química producida por el producto. Una estética efímera donde convergen varios ángulos, donde las fronteras se disuelven para formar un conjunto de situaciones y sensaciones,  Conjunto fugazmente siniestro en donde la belleza se revela en un instante para ser devorada por el tiempo.

Un prisma que refracta, refleja, y nos enseña la luz, el color, un prisma de luz, de reacciones químicas, de reacciones sensoriales, de tiempos anacrónicos, esquizofrénicos donde el individuo se da cuenta de su finitud.

Un lienzo para jugar con luz,  la energía, el color, las formas y las palabras en un brevísimo tiempo  del existir.

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