En-cantos y cloacas.
En-cantos y cloacas.
El escenario asfaltado y oscuro se convierte en su musa, la ciudad húmeda y corroída que carga todo el simbolismo de las migraciones humanas, deleita su mirada para traducirla en su canto.
La desfachatez está en su voz, cargada de arena, con su actitud de descaro y desvergüenza que lo caracterizan. Tom Waits escupe desde sus mares profundos sus pequeñas gotas de veneno.
Tengo debilidad por la voz, por el aparato fonador, por la capacidad del humano de dar sonoridad a las ideas a través del canto; algunas veces entre lujurias desdentadas y otras veces entre sublimaciones etéreas. La voz traslada a sensaciones y en-cantos que seducen los vestigios del alma. Articular la respiración entre los bronquios y los pulmones, para dar cabida a la palabra, al canto, entre la laringe, la faringe y las cuerdas vocales, por último el paladar, los labios, la boca y la lengua como última morada interior del sonido humano, del en-canto.
Tom Waits lleva su ciudad invisible, erosionada por una pequeña gota de veneno, cual tortura de gota china que conduce al desequilibrio y la locura, al desgaste al igual que la ciudad, derruida y mortecina entre los caminos de la soledad.
Tom Waits camina y re-conoce a Bukowski. En el mismo beat va desmembrando la ciudad, su ciudad cargada de irreverencias y cloacas, su humor cínico ríe en los paseos nocturnos, polvorientos, que se entremezclan en palabras, en sonidos de ciudad que se revisten ante la imaginación del que escucha su voz.
https://www.youtube.com/watch?v=zkj_ov_0LA4